Sus primeros relatos de terror, como «La Copa de Cristal» (1872) fueron publicados por la London Society, y «The Chain of Destiny» en la revista Shamrock. En 1876, mientras trabajaba como funcionario, escribió un libro de texto, The Duties of Clerks of Petty Sessions in Ireland (1879), que fue un libro de referencia durante mucho tiempo.
Mientras trabajaba para Irving, fue crítico literario para el Daily Telegraph y escribió varias novelas como The Snake’s Pass (1890) y Dracula (1897) y, tras la muerte de Irving en 1905, The Lady of the Shroud (1909) y The Lair of the White Worm (1911).
Su esposa fue la administradora de su legado literario, y dio a conocer obras como la que sería la introducción de Drácula, el relato corto El invitado de Drácula.
Su creación literaria más reconocida, la cual realzó los matices del vampirismo y pasó a ser una obra literaria transmitida a través de los años, fue la del vampiro Drácula (1897), historia ficticia basada, según algunas fuentes, en el personaje real de Vlad Draculea «Vlad el Hijo del Demonio/Dragon» también llamado Vlad Tepes «el empalador”. Para esta novela se sirvió de los conocimientos de un erudito orientalista húngarollamado Arminius Vámbéry (Ármin o Hermann Bamberger, en realidad) con el que se reuniría varias veces (según algunos, para que le contara las peripecias del Príncipe de Valaquia) y de libros como el de Emily Gerard «Informe sobre los principados de Valaquia». Se inspiró en Irving y enFranz Liszt para fijar el aspecto del Conde Drácula. Refleja la lucha entre el Bien y el Mal. Óscar Wilde dijo de la novela que era la obra de terror mejor escrita de todos los tiempos, y también «la novela más hermosa jamás escrita». Además, la obra recibió elogios de, entre otros, Arthur Conan Doyle.